Ante el indignante silencio administrativo en un caso de tal gravedad, la víctima de la negligencia sanitaria (la paciente y su marido, en representación de esta) no tuvo más remedio que interponer demanda por los graves daños y perjuicios causados a su esposa en el curso de una cirugía de colecistectomía laparoscópica en la que saltó la alarma de la máquina de oxígeno y los facultativos referíanno haberla oído, entrando la paciente en episodio de desaturación.

La Sala condena al centro sanitario ala cantidad de 638.967 euros basándose en la más que sorprendente declaración de la anestesista que manifestó que “no revisó las alarmas de los monitores antes de la intervención”.

El Juzgador entiende que “es posible que los monitores tuvieran las alarmas sonoras desconectadas o es posible que las tuvieran a volumen reducido. En cualquier caso, es responsabilidad cierta, directa e indelegable del anestesista comprobar la corrección de los aparatos y no lo hizo. ¿Qué habría ocurrido si se hubieran revisado las alarmas? No es posible afirmarlo. Tanto podría haber sucedido lo mismo como podría haberse resuelto el incidente sin daños. El hecho cierto es que no se revisaron y esto constituye una mala práctica".

En síntesis, la paciente hubiera tenido la oportunidad, al menos una entre cien, de no sufrir las graves consecuencias, de haberse realizado una buena práctica médica, lo que en este caso nos lleva a una indemnización para las víctimas de esta grave negligencia.